El juego es una actividad primordial en la infancia, ya que además de entretener, los niños aprenden a través de los juguetes sobre el mundo que les rodea. Por eso, para que resulten estimulantes, los juguetes deben acompañar cada etapa de crecimiento contribuyendo al desarrollo integral del niño, tanto cognitivo como emocional.

En una primera etapa, los sentidos cobran gran importancia, pues es a través de ellos como empiezan a comprender todo lo que les rodea. Los juguetes adecuados en esta etapa son, por tanto, aquellos que estimulen la percepción sensorial. Son aquellos que captan su atención a través del tacto, el oído y la vista.

A medida que van creciendo empiezan a distinguir formas y colores. En cuanto sus manitas son capaces de coger cosas, se lo llevan todo a la boca, que le sirve para reconocer los objetos. Hay que tener entonces especial cuidado con los juguetes que se les compran, observando con especial interés sus características: tamaño, materiales con los que están confeccionados, ya que algunos de ellos pueden resultar tóxicos, superficies sin salientes o cortantes, etc.

Los juguetes ideales son aquellos que presentan diferentes texturas, libros blanditos, mordedores, juguetes para la bañera, mantitas de actividades, gimnasios para bebés, sonajeros, etc., en sus primeras fases de desarrollo. Cuando empiezan a sentarse solitos y a querer explorarlo todo, juguetes con botones para apretar, los teléfonos de juguete, juguetes que estimulen el gateo, cubos para apilar, pelotas blanditas, en resumen, todo aquello que propicie y fomente de una forma segura su etapa motora, de exploración y manipulación. Para los niños/as que empiezan a dar sus primeros pasos , los correpasillos les ayudan a mantener el equilibrio y les sirven de apoyo en esta etapa.

Dicho todo esto recordad, que lo que más estimula y refuerza la personalidad de los bebés en estas etapas, es el tiempo que pasan con sus padres.

Mª Josefa Morgado Olivencia
Maestra de Educación Infantil