El mundo de nuestros bebes

El mundo de nuestros bebes

25 marzo, 2014.

El bebé desde muy pequeño va a ir reconociendo voces, sonidos y gestos, serán sus primeras pruebas de aprendizaje, como es lógico, empieza por lo básico. Por eso, pasados unos meses, se convierte en un maestro en detectar en la cara de sus padres los sentimientos concretos que estén viviendo en un momento dado.

No sólo nota si estás triste, cansado, preocupado, enfadado o alegre sino que, intentará imitar tus gestos, tus movimientos y, en consecuencia, tu estado de ánimo también, porque la imitación es su forma de empaparse de la vida que debe aprender a vivir.
Por todo ello, un buen consejo es intentar que tu humor sea lo más positivo posible en presencia de tu hijo ya que, al tender a repetir lo que ve en sus mayores, el bebé tendrá más posibilidades de ser positivo en lugar de negativo si vuestro enfoque de cualquier experiencia es la correcta.

La perseverancia es fundamental, vuestro hijo pone en práctica constantemente los movimientos, el lenguaje, mecanismos que ha de aprender para superar diferentes etapas, por lo que vuestro papel de ayuda, de tutelaje, debe ser igualmente constante. No os canséis de repetirle cómo se nombran las partes del cuerpo, qué sonidos hacen los animales, de qué color son las cosas…

Su mundo se va forjando a través de lo que percibe. Cualquier cosa, por insignificante que nos parezca, como el simple hecho de palpar una textura áspera o suave, le lleva a interiorizar el conocimiento de los objetos y sus características. Manipular y explorar el entrono que le rodea hace que vaya desarrollando aprendizajes para poder asimilar otros nuevos en un futuro.
Si queremos que gatee, por ejemplo, no está de más que seamos nosotros mismos los que nos pongamos a su altura (es decir, a ras del suelo) y gateemos junto a él. Si queremos que haga algo, debemos animarle sin descanso a que lo haga y mostrarle nuestra satisfacción cuando lo hace.

El establecimiento de una rutina y unas pautas en los bebés, es fundamental para que los más pequeños y pequeñas puedan ser conscientes de los horarios, de lo que viene antes y después y en definitiva estar menos desconcertados en cuanto a las actividades que les esperan. También es cierto que no se debe llevar al otro extremo esta situación criando a los hijos en el más estricto de los horarios sin dar tregua siquiera a la existencia de celebraciones familiares importantes. Es necesario que se respete en la medida de lo posible la hora de la comida, del baño, etc. ya que así les ofrecemos una coherencia en nuestras acciones y un entorno más sólido y seguro.

Estimular a vuestros hijos con una sonrisa, un aplauso, una palabra agradable cuando hagan cualquier tipo de progreso o descubrimiento, será la mejor manera de favorecer su aprendizaje.

Mº José Morgado Olivencia
Maestra de Educación Infantil


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